Santander, departamento que con su nombre honra la memoria del ilustre General Francisco de Paula Santander, se encuentra ubicado en el área nororiental de los Andes colombianos.
Gracias a la ubicación, se caracteriza por contar a lo largo de sus 87 municipios, con casi todos los pisos térmicos existentes en Colombia, donde destacan particularmente dos contrastadas unidades fisiográficas: la del Valle del Medio Magdalena –poco montañosa, con vegetación selvática, donde se hallan sectores de bosque ecuatorial y fértiles ciénagas- y la Cordillera Oriental –en la mayor parte del departamento, que se caracteriza por su paisaje sesgado, de pendientes gigantescas.
Debido a las condiciones de su recio paisaje, que definitivamente obligó a sus primeros habitantes –los indígenas Guanes, Yariguíes, Chitareros, Laches, Opónes y Carares; y posteriormente a los conquistadores españoles, acompañados de aventureros alemanes, irlandeses e italianos- a adaptarse a condiciones de vida dificiles y superarlas. Por esto se dice que el santandereano, además de ser amable, generoso y hospitalario, se caracteriza por su perfil templado y luchador.
Estos acercamientos culturales, se evidencian de la mejor forma en la gastronomía santandereana, donde de técnicas de conservación de la carne y el aprovechamiento de las partes del animal en su totalidad, nacen platos como la famosa carne oreada, la cabra (en distintas presentaciones), la sopa de mute… o exquisiteces, evocadas del mestizaje entre las cocinas europea y americana, como lo son los tamales santandereanos, las hormigas culonas, la arepa de maíz amarillo o “pelao” y bebidas como el masato o el guarapo… en fin, variadas posibilidades que no pueden pasar desapercibidas en su paso por esta región del país.
Santander es, en definitiva, un destino por explorar, dadas las diferentes alternativas que ofrece para los gustos más diversos… y es que, dentro de esta región, es posible encontrar pueblos y municipios tranquilos con resaltable belleza arquitectónica colonial, reliquias religiosas y un palpable legado indígena, como es el caso de Guane, Girón y Barichara; cuenta con opciones para realizar deportes extremos, contemplar sus paisajes y deslumbrarte disfrutando por su naturaleza, en San Gil y sus alrededores o el Parque Nacional del Chicamocha; o pasar por la ciudad de Bucaramanga, su capital, para hacer compras, disfrutar de una variada vida nocturna y eventos culturales, deleitarse con las nuevas y diferentes opciones gastronómicas, así como la variedad de parques urbanos que la han hecho famosa…