El departamento de Boyacá se encuentra ubicado en el oriente del país. Con una superficie de 23.102 km², está compuesto por 123 municipios que, en su mayoría, conservan su nombre en dialecto muisca, comunidad indígena que habitaba estas tierras antes de la Conquista.
Boyacá se ha ganado un lugar en la historia colombiana por ser tierra de héroes y de luchas. Su territorio fue escenario de varias batallas determinantes para la independencia nacional, como La Batalla de Boyacá la cual garantizaría el éxito de la Campaña Libertadora, el 7 de agosto de 1819, por lo que El Libertador, Simón Bolívar, denominó al departamento “Cuna y Taller de la Libertad”.
Boyacá cuenta con grandes e importantes atractivos: desde la arquitectura colonial que se encuentra en la mayoría del territorio, pasando por el legado indígena visible en su gastronomía y artesanías, así como en la historia y la cultura. El componente natural es el complemento ideal. El roble, árbol insignia del departamento; las especies protegidas en las reservas naturales como el cóndor andino, el oso de anteojos, el águila y el venado de páramo; los picos nevados de La Sierra Nevada del Cocuy -Parque Nacional Natural el Cocuy- con un área de 306 mil hectáreas, rodeada por cascadas, lagunas y vegetación de páramo; es una de las reservas más importantes del país. Aquí se encuentra la máxima altura de los Andes Orientales Colombianos con el pico Ritacuba Blanco a 5.330 m.s.n.m., que constituye alrededor del 3% del área total de este parque nacional.
Junto con el Parque Nacional Natural de Pisba y el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, estas zonas hacen parte de las 56 áreas protegidas de Colombia.
Así mismo, por su ubicación y tamaño, la región goza de gran variedad de climas que incluyen zonas templadas, frías y calurosas, lo cual permite la realización de diferentes actividades económicas y de ocio para todos los gustos. Así bien, la oferta gastronómica que ofrece esta región es extensa y se basa en productos agrícolas y de origen animal, legado de la herencia hispanoamericana. Sobresalen los quesos, las carnes, los caldos, entre otros.
Los platos más representativos de la región son el mute de maíz pelado o mazorca, el caldo de pata de res o de cerdo; el mondongo, que es preparado con caldo, carne de cerdo y algunos de los tubérculos cultivados en la región; la changua, preparada con leche, agua, huevos, cilantro y cebolla; y una variedad de amasijos.
Para los boyacenses, el legado indígena es importante en su cotidianidad, viéndose reflejado en sus actividades económicas y culturales: Las artesanías son un claro ejemplo con la cestería del Valle de Tenza y Guacamayas, municipios en donde la materia prima y los colorantes son de origen natural. Su actual producción es fruto de esa herencia transmitida de generación en generación.
La cerámica artesanal del municipio de Ráquira es otro de estos ejemplos y, actualmente, es trabajada tanto en productos de uso diario como en ollas, alcancías y materas, o en productos decorativos especializados que pueden ser accesorios para cocina, estatuas, etc.
En los municipios de Nobsa, Monguí, Güicán, Chiscas, El Cocuy e Iza principalmente, se desarrolla la industria de la lana de oveja, donde las ruanas, sacos, bufandas y demás, se han consolidado como piezas identitarias de la indumentaria tradicional boyacense, que tienen gran demanda entre los visitantes nacionales y extranjeros.
Boyacá se enorgullece de su tradición y cultura, caracterizadas por el fuerte legado religioso que se refleja en sus obras de arquitectura colonial, 
siendo las iglesias, parroquias, monasterios y conventos las obras más sobresalientes por su belleza y estado de conservación. La Semana Santa en Boyacá, es un claro ejemplo de esta herencia, donde las iglesias e imágenes traídas a la región por las distintas comunidades católicas, en épocas de la Colonia, son aún elementos representativos de estas festividades que despiertan el fervor de sus habitantes y de t los visitantes observadores y devotos que comparten esta experiencia.
Boyacá es un destino importante para el turismo religioso a nivel nacional: Chiquinquirá, ciudad reconocida como “Ciudad Mariana” y capital religiosa de Colombia, alberga la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, en donde se encuentra el Cuadro de la Virgen, milagrosamente renovado. A 6 km del municipio de Sogamoso, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Morcá, santuario de peregrinación a la Virgen de la O, a quien se le atribuyen milagros y sanaciones.
En el municipio de Iza, se encuentra la Iglesia de El Salvador, reconocida porque en su altar mayor está la piedra de El Divino Salvador, en la cual se puede admirar el rostro del Salvador en tonos de diferentes colores.
En la capital del departamento, Tunja, se encuentra la Parroquia de las Nieves, cuya romería se realiza el último domingo de septiembre en honor al Señor de la Columna y se celebra la procesión hasta la Plaza de Bolívar, en donde el arzobispo de Boyacá ofrece misa campal para realizar la procesión de retorno a media noche.
La oferta turística de este departamento la complementan actividades variadas para todos los gustos. En este emblemático destino, se puede encontrar un fósil de más de 120 millones de años y un centro astronómico Muisca; cuevas para hacer espeleología y caídas de agua de más de 150mts de altura que invitan a la práctica de deportes extremos; pozos con leyendas propias y desiertos que han formado parte de la historia del país, y hasta criaderos de avestruces, en donde estas aves son utilizadas tanto industrialmente, como para la atracción de los turistas.