ElQuindio

Alrededor de Villa de Leyva se encuentran municipios que complementan la oferta turística de este destino.

Sutamarchán

Del vocablo chibcha Suta -que significa soberano-y del apellido español Marchán, en honor al encomendero de Suta, se origina el nombre de este municipio, ubicado a 44 km de Tunja y fundado el 14 de diciembre de 1556 por Antonio Santana,  en la provincia de Ricaurte.

Vestigios de la época precolombina y la posterior arquitectura colonial hacen parte del paisaje de este municipio, que en la actualidad da cuenta de un legado cargado de historia, cultura, arte y tradiciones religiosas. Conventos, iglesias y capillas construidos dentro y en los alrededores de este pueblo durante la época de la Colonia, reflejan la influencia española que se dio a partir de la Conquista.

Sutamarchán es conocida también por su gastronomía, expresión de las tradiciones de sus habitantes, quienes a través del tiempo han mantenido el legado de sus antepasados. Preparaciones con cerdo como las longanizas, chicharrones, salchichas, rojas, y demás platos típicos, se pueden encontrar en las calles del pueblo.

En cercanías a Sutamarchán se encuentra el Convento del Santo Ecce-Homo, fundado el 15 de marzo de 1620 con la llegada de los Dominicos durante el periodo de la colonización a la región. Este “monumento universal del silencio” como es conocido, sirvió como lugar de evangelización de los indígenas que habitaron este territorio. De su arquitectura se destacan los muros con incrustaciones de fósiles, sus lienzos, techumbres, arcos torales, pasillos extensos, jardines y capillas doctrineras. Así mismo es de gran importancia el cuadro de Jesucristo -en latín Santo Ecce Homo- traído por un soldado en la época de la Conquista.

Para los amantes de la naturaleza, a los alrededores de Sutamarchán existen planes  para conocer diferentes atractivos, como el Pozo Azul en la vereda el Carrizal, el Salto del Ermitaño, cascada formada con las aguas de la quebrada de Rivera, el Juraco del diablo, evitado por los españoles, por las historias  y relatos que de este lugar se contaban sobre el demonio.

Este municipio celebra cada año, en el mes de junio la Tomatina, en la que  se usan aproximadamente diez toneladas de tomate,  -no aptas para consumo humano- donadas por los agricultores de la región, para goce y celebración de turistas y locales. 

Sitio Web de consulta: www.sutamarchan-boyaca.gov.co

Ráquira

Ráquira, que traduce la “ciudad de las ollas”, -en lengua chibcha- se encuentra ubicada a 60 km de la ciudad de Tunja y es reconocida como uno de los pueblos más bonitos de Boyacá, según la Corporación Nacional de Turismo, en el año 1994.

Antes de la llegada de los conquistadores españoles a este territorio, ya los Muiscas trabajaban la cerámica y la arcilla, que son abundantes en la región; con estos materiales, realizaron obras artesanales, representando su cultura y sus tradiciones.

En la actualidad, jarrones, ollas, platos, alcancías y demás utensilios han adquirido importancia, no solo para los locales, si no para miles de turistas que al venir a este municipio, se llevan muestras de los trabajos de los artesanos que, con manos expertas, día a día reafirman por qué este municipio es conocido como  el municipio artesanal de Colombia. Los raquireños dan a conocer a los visitantes acabados en arcilla y barro.

La pintoresca decoración de sus casas también hace parte del legado de sus antepasados, fachadas de vivos colores al estilo colonial, contrastan con el clima frío de este municipio.

A los alrededores de Ráquira, a sólo siete kilómetros del municipio, se encuentra el Convento de la Candelaria,  ubicado en el desierto que lleva su nombre. Este se convirtió en el primer monasterio de la comunidad de Agustinos construido en América en el año 1604, gracias al trabajo del Padre Mateo Delgado. Actualmente sus instalaciones son utilizadas para retiros espirituales y es el noviciado de la comunidad de los Agustinos.

El desierto de la Candelaria, está ubicado al occidente del departamento, a  siete kilómetros de Ráquira y a 32 de Villa de Leyva.  Es conocido también como el desierto de las almas, por ser un lugar lleno de tranquilidad y paz.

Sitio Web de consulta: www.aquira-boyaca.gov.co

Chiquinquirá

Chiquinquirá, segunda ciudad del departamento es un destino de carácter religioso a nivel nacional, conocida como la capital “Mariana de Colombia” por la veneración que a través de los años se ha hecho a la Virgen.  En 1560, durante la época de la Colonia, se trasladó al municipio un lienzo con la imagen de la Virgen del Rosario, para que los indígenas y esclavos le adoraran durante el adoctrinamiento; fue entonces cuando ocurrió el milagro: Una mujer española, que veneraba el lienzo -desgastado por la humedad y el paso del tiempo- día a día, se dio cuenta que éste se encontraba restaurado y en perfectas condiciones. Fue en Bogotá, en 1919 donde se coronó a la Virgen de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia. en una emotiva celebración.

En la actualidad miles de visitantes se congregan a los alrededores de Chiquinquirá para presenciar las romerías y celebraciones de la fe católica que se dan lugar en este municipio. Chiquinquirá también es conocida por la venta de instrumentos musicales típicos del folclor andino y artesanías de la región. También como la “Atenas boyacense”,  gracias a sus expresiones artísicas, culturales y religiosas. Así mismo ha sido cuna de grandes escritores y poetas, por lo que es llamada “relicario de letras”. 

Sitio Web de consulta: www.chiquinquira-boyaca.gov.co

Tunja

Recorrer las calles de la capital del departamento de  Boyacá es  remontarse a la época colonial, por sus construcciones de tipo hispánico y republicano y los relatos y vestigios que dan testimonio de las culturas indígenas que habitaban su territorio.

Por su ubicación geográfica, Tunja, resulta un lugar estratégico de interconexión, puesto que articula por el norte con la Costa Atlántica y por el oriente los Llanos orientales con el centro del país. Ubicada a 137 km de Bogotá goza de una temperatura promedio de 14°C, siendo reconocida como una de las ciudades más frías de Colombia.

Tunja fue fundada el 6 de agosto de 1539, por el Capitán Gonzalo Suárez Rendón, en medio de bohíos indígenas de la comunidad Chibcha, que habitaban esta región, cuando este extenso territorio era llamado Hunza que significa “Varón poderoso”.

Fue en el Cacicazgo de Hunza, donde los españoles construyeron el Convento de San Agustín, espacio que, en un principio,  se convirtió en el epicentro de intercambios comerciales entre las recién llegada cultura española y los Muíscas, quienes exhibían sus  tesoros, negociándolos bajo el sistema del trueque.

Su fundación le otorgaba a la ciudad el reconocimiento en tierra hispánica, lo que causó el arribo de artistas, pintores, arquitectos y escultores, cuya huella aún se ve en este territorio, en los diferentes aspectos de la vida cultural, histórica y costumbrista de la capital boyacense.

La arquitectura colonial que ha sido preservada a través del tiempo, es uno de los principales atractivos de esta ciudad. En 1822, Francisco de Paula Santander, creó el primer colegio publico de Colombia, lo que dio a Tunja el reconocimiento por su gran oferta estudiantil, gracias al número de colegios, instituciones educativas y universidades que allí se erigen hasta el día de hoy.

La cultura boyacense, clara expresión del mestizaje entre españoles e indígenas, aún hoy se conserva inalterable, definiéndose como parte de su identidad regional, eventos religiosos como la Semana Santa, que se celebra desde el siglo XVI, la Fiesta de Nuestra Señora del Milagro del Topo, patrona de la Fuerza Aérea Colombiana y la fiesta del Señor de la Columna, son algunos de los ejemplos que lo evidencian.

Sitio Web de consulta: www.tunja-boyaca.gov.co

Puente de Boyacá

Ubicado a 14 Km al sur de Tunja, vía Bogotá, el puente de Boyacá fue escenario de la Batalla de Boyacá, reconocida por ser la confrontación militar con la que se dictó la organización y consolidación definitiva de la República de Colombia el 7 de agosto de 1819. Es también llamada “El Altar de la Patria de todos los Colombianos”. De esa época se conservan aún los estribos originales de piedra y en su honor, se han levantado monumentos  que hacen referencia a la batalla y a sus protagonistas como la Plaza de Banderas, con la estatua del Libertador Simón Bolívar; la estatua de Francisco de Paula Santander; el Arco del Triunfo; el Atril de Piedra; la Llama de la Libertad; la Piedra de Pedro Pascasio Martínez y el Obelisco.

En la actualidad este sitio histórico es visitado por turistas nacionales y extranjeros que buscan honrar aquel heroico momento en el que tropas libertarias consiguieron enfrentarse al enemigo, saliendo victoriosas.

Para complementar el atractivo, existen recintos para convenciones, exposiciones y eventos, además de restaurantes con la infraestructura necesaria para la atención de los visitantes, que guardan los lineamientos del lugar.